miércoles, 23 de febrero de 2011

TREINTA AÑOS YA

Hoy han salido en la tele, radio y demás medios de comunicación, políticos y gente conocida dando su impresión o lo que hacían ellos tal día como hoy, 23 de febrero, pero de 1981.


Y es que ya han pasado treinta años del intento de golpe de estado de por parte de algunos militares. La cabeza más visible de todos, y la que ha dado la vuelta al mundo, fue la del teniente coronel de la guardia civil, Antonio Tejero, con su pistola en las Cortes, y como no, los tanques en las calles de Valencia.

Yo lo viví muy de cerca, estaba haciendo la mili, ya que en aquel entonces era ineludible cumplir con el Servicio Militar Obligatorio.

El 23F, como se le conoce, para mí fue un día casi normal. Mucho peor fue el 27, cuatro días más tarde.

Mi cuartel estaba en Madrid, era el Daoiz y Velarde, y estaba en la Avenida Cuidad de Barcelona, aunque se le conocía como el Parque de Artillería, que hoy ya no existe como cuartel. Yo tenía el pase pernota y todos los días que no tenía algún servicio o guardia iba a dormir a casa. Salía a las dos del cuartel, comía en casa, y por la tarde iba a trabajar a la empresa en la que aun sigo, aunque con otro nombre.

El 23 fue un día más, por la mañana al cuartel y por la tarde a trabajar. Recuerdo que estaba rectificando el mango de unas herramientas, y llegó mi jefe y me informó del golpe. Yo no sabía qué hacer y le pregunté a él

─ Está todo muy tranquilo, las calles están igual que siempre. Haz lo que quieras pero ya queda poco para terminar la jornada y todo está muy tranquilo ─ me contestó.

Le hice caso, termine la jornada y me fui a casa. Nos quedamos viendo la tele, mi hermana y yo, hasta que salió hablando el Rey. Yo me quede bastante tranquilo. Me acosté y al día siguiente, como todos, hasta que me licencié, acudí al cuartel. Todos los días las puertas estaban abiertas de par en par. Ese día estaban cerradas. Llamé. Se abrió un ventanuco, por el que escasamente se veía un rostro, y vi la cara de un cabo, pernota como yo, de mi compañía, conocido y amigo. Cerró el ventanuco, abrió la puerta y cuando voy a entrar todos mis compañeros estaban apuntándome con el fusil (Cetme). El susto que me llevé fue tremendo ¡eran mis propios compañeros! Algunos de ellos habían estado conmigo en Colmenar, en el campamento. Entré, cerraron la puerta y me registraron de arriba abajo. Llevaba un bolso, color caqui, donde llevaba un libro –siempre que viajo en transporte público, los libros son mis fieles compañeros─, cayó al suelo. Creo que era lo único que llevaba.

Una vez que me registraron, el cabo me dijo:

─ Tienes suerte de que no esté nuestro capitán. Ve a la compañía y cámbiate.

Eso hice. Más tarde ese mismo cabo me comentó que si hubiera estado nuestro capitán, hubiera pasado unos días, quizá semanas, en el calabozo, por no ir a dormir al cuartel. La mañana paso tranquila como un día más, pero a la hora de salir, hablo del día 24, la cosa se complicó. Nos tuvieron formados, para salir desde la 1:45, que era lo normal, pero hasta las 3:30 ó 3.45 no nos permitieron salir. Y supongo que lo hicieron para aparentar normalidad.

Los días 25 y 26 fueron normales, pero no así el 27.

Para el viernes 27, había convocada una manifestación en apoyo a la democracia y como repulsa al intento golpista. La citada manifestación era a última hora de la tarde y pasaba por la puerta del cuartel. A media tarde a toda la compañía se nos ordenó coger el fusil, y nos dieron balas de verdad, igual que cuando hacíamos guardia. Nos distribuyeron por toda la fachada, por dentro del cuartel claro, que daba a la Avenida Cuidad de Barcelona por donde poco después pasaría la manifestación. Yo con otros muchos compañeros estuve en el tejado, que era una especie de terraza. No recuerdo muy bien los que estábamos allí subidos, pero seríamos unos veinte con un teniente al mando, con cara de tener tanto miedo o más que nosotros, a lo que pudiera pasar.

Gracias a Dios no pasó nada. La manifestación pasó por allí, con sus eslóganes, y sus gritos, pero al cuartel, y lo que en sí representaba, lo ignoraron, con un gran alivio para todos nosotros. Esa noche todos dormimos en el cuartel y la mañana siguiente sobre las diez, nos dejaron marchar a casa, los que teníamos pernota, que era los que vivíamos en Madrid, a todos los demás que no tenían servicio y quisieron salir de paseo por la capital.

Muchas veces he pensado en este episodio de mi vida, sobre todo por estas fechas, y no dejo de pensar en lo que hubiera podido pasar si algún manifestante se le hubiera ocurrido hacer algo contra el cuartel, y el teniente, que aparentemente tenía más miedo que nosotros, quizá fuera más consciente que nosotros mismos de lo que se jugaba España en esos momentos, nos hubiera ordenado disparar.

No pasó nada y hoy podemos contarlo porque tenemos libertad para ello, y una democracia, al menos tan buena y asentada, como las de los paises de nuestro entorno europeo.

Antonio

lunes, 7 de febrero de 2011

LOS CIRIGÜELOS EN TV

Para todo aquel que no viera las noticias del domingo dia 23 de enero, o quiera volver a ver  lo que pusieron de Los Cirigüelos  pinchar aquí

martes, 1 de febrero de 2011

CIRIGÜELOS 2011: LOS DICHOS

Como comentábamos en el post anterior, durante la representación de los Cirigüelos se dijeron en forma de romance, casos, anécdotas, etc., ocurridos en nuestro querido Pueblo, que se llaman los Dichos.

Hemos hablado con la autora de los dichos de este año, Rosi Gómez, y con su permiso los ponemos en esta página para diversión de todos nuestros visitantes. Una Sonrisa, de vez en cuando, no viene nada mal y ayuda a llevar mejor el día.

Lo intercalaremos con fotos del evento cedidas por Isabel Ramos.



Primer dicho:

Tiempo de prosperidad,

también, tiempo de recuerdos,
de mil costumbres bonitas
que en el tiempo se perdieron.


Y allá en el mes de agosto,
con el calor veraniego,
se agudizan los recuerdos
de algún muchacho travieso
que, como su nombre indica,
es un poquito gamberro.


Y el día que las “lavanderas”
hasta “El Batán” acudieron,
para honrar a sus mayores
con esos lindos recuerdos,
el puñetero muchacho
se escondió tras un abeto
pues el “jodio” quería
meter mano en las alforjas
y dejar a las muchachas
sin su chorizo y su queso.


Pero ellas que son tan listas
ayer, hoy y “tos” los tiempos,
pusieron a una de guardia
con los ojos bien abiertos,
por si acaso se veía
pasar por allí algún fresco.


Tardó muy poco en llegar
el tan temido suceso
y, al grito de la guardiana,
todas salieron corriendo
y entre todas consiguieron
atrapar a aquel gamberro.


Le agarraron de los pies,
de las manos y del pecho
y, entre unas y entre otras,
al pilón que fue derecho;
─ menos mal que entonces no hacía
un frio como el que hoy tenemos ─
pues el muchacho salió
con el culito bien fresco.


Estas cosas ocurrían a menudo,
ya hace tiempo,
hoy lo quiere recordar
Don Daniel el travieso.


                                              La autora delos dichos, Rosi Gómez, leyendolos

Segundo dicho:


La Princesa del Pueblo
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Por ir de plató en plató
llorando y haciendo gestos,
la hicieron madre coraje,
pues sólo la daba el torero,
mil euros para alimentos.


Ni a Teresa de Calcuta
tantos Homenajes dieron,
pues lo de Belén se dice
que tiene mucho más merito.


Dicen que de Telecinco
los italianos son dueños,
y si Dios no lo remedia,
y eso ya se está cociendo,
veremos a Berlusconi

con nuestra Belén comiendo.


Y como será sin duda
un gran acontecimiento,
nos darán en Telecinco
dos fotos para el recuerdo:


El pito de Berlusconi
y a la Belén con sus pechos.


Desde que fue a sálvame
nadie la toca ni un pelo,
si no es para hacerla honores,
pero que todos sean buenos,
pues ellos quieren que sea
como la Evita Perón
la presidenta del pueblo,
y nunca en esta país
nadie por ella lloremos.


La pusieron de nombre
la gran princesa del pueblo,
más no durmió con un príncipe
que durmió con un torero,
al cual le robó un capote,
para torearlo luego.


Y le dio tan buenos pases
que mira si llegó lejos,
ella ha llegado a la gloria
y a él le han echado al infierno.


Mira si cambió la vida.
tanto cambiaron los tiempos,
que por quedarse preña,
ayer habría “sio” un pendón,
y hoy es princesa del pueblo.


Y la veremos muy pronto
con el mismo rey comiendo,
ella dirá coman pollo,
y él dirá que nos callemos,
pues a la Belén no la tose
ni el defensor del pequeño.


                                              Un café calentito con un bizcocho,
                                                   para alegrar un poco el cuerpo
                                                        Detalle de los cencerros

Desde esta pagina nuestro agradecimiento a Rosi Gómez y a Isabel Ramos, por compartir con nosotros su trabajo poetico y fotográfico.