Es una antigua tradición que se hace en honor a San Sebastián que es el día 20 de enero, pero que al caer en miércoles los jubilados, que son los que nos recuerdan ahora esta antigua tradición, decidieron pasarla al fin de semana, ya que de esta forma, pueden participar en la fiesta , los que viven en el pueblo, y los que vivimos fuera. Si se hacen las fiestas entre semana los que no residimos en el pueblo, no podemos participar, sin embargo los residentes en El Real lo pueden hacer de la misma manera se haga cuando se haga.
Antiguamente esta representación la hacían los quintos, ahora la recuperan los jubilados ayudados por algunos que aun no han llegado a esa edad.
Preparando la representación
El personaje central es la Hilandera, una mujer casada de ver mu buen ver, a las que los Cirigüelos, jóvenes vestidos con pantalón negro, camisa blanca, cencerros en la espalda y varios pañuelos en la cabeza, tratan de levantar la falda. La defiende la Maravaca, y en su defensa trata de quitar los pañuelos de la cabeza con una especie de tenedor de dos dientes. Según la tradición, al joven que descubriera la cabeza, le quitara el pañuelo, tenía que pagar una arroba de vino. Por ese motivo los Cirigüelos llevan cuatro o más pañuelos cubriendo su cabeza. Al final, cansados de que La Maravaca les quite el pañuelo, los jóvenes cogen a éste y le bañan en vino. Esto último sólo se simuló.
Pañuelo fuera ¿pagará el vino?
Los actores dieron la vuelta por todo el pueblo haciendo sonar los cencerros: el Barrio Bajo, Llanillo, Barrio Nuevo, Cotanillo de los Barberos, la calle de Los Caños, del Arroyo, por el centro m édico hasta llegar a la Plaza. Los participantes Fueron ocho: La Hilandera, La Maravaca, y seis Ciriguelos. Aunque más estos últimos podian haber sido más.
Recorriendo el pueblo
En la Plaza Después de la representación el Ayuntamiento obsequio a todo el mundo, un refresco o un vino y frutos secos.
Nuestra fiesta salió en televisión
Tanto en la Plaza como en el Barrio Nuevo, donde tambien se hizo la representación, se dijeron los dichos populares, en forma de romance, ocurridos a los propios jubilados en uno de sus viajes.
Los Cirigüelos mostrando los atributos
Son bonitas estas tradiciones y entre todos tenemos que conseguir que no se pierdan, para lo cual se necesita la participacion de la gente y cuanta más mejor. Por eso estas celebraciones, en nuestra humilde opinión, se deben hacer los días que hay más personas en el pueblo.
Fotos cedidas por Isabel Ramos
Fotos cedidas por Isabel Ramos
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