Fue la víspera del Domingo Gordo, sábado 13, se dejó ver en el ofertorio que se celebró por las Ánimas Benditas, vestido de cualquier cosa. Era difícil de reconocer ya que tan pronto vestía de fregona como de caja de música, de pirata o pingüino, princesa o truhan, en ocasiones se le vio más contento que unas castañuelas, o con una peluquería ambulante, vestido de payaso, de cubo de Rubik o de Bob Esponja.
Era difícil reconocerle ya que en ocasiones usó a cualquier tipo de animal para pasar por el centro de atención del personal, que no era otro que el Ofertorio situado, como de costumbre, en la plaza del pueblo. Hizo magia en el centro del corro, se presento como si un restaurante de siete tenedores estuviera instalado en el centro del pueblo, asistiendo comensales de época medieval o vaqueros del oeste que dejaron su caballo a la entrada de la localidad, para dar paso a los personajes de las mil y una noche.
No falto el pan ya que vestido de panadera con su horno, lo proporciono recién horneado. Este don Carnal con más vidas que un gato, quiso engañarnos empleando un grupo de falleros para su disfraz, con la ayuda del equipo A contratado para engañar el personal. También lo intento por medio de un grupo de personas mayores, muy pero que muy enchufados, reivindicando Viva la Juventud. Y es que lo enchufes valen para mucho más que dar luz.
No Faltó el tradicinal Tejete Cordón
Por la noche, después de degustar el tradicional cucurucho de tostones y reponer fuerzas con la cena, asistimos al ya tradicional pasacalles de Carnaval, amenizados con una charanga contratada para tal efecto por el Excmo. Ayuntamiento.
Hubo disfraces de todo tipo, fácil de reconocer al personaje que llevaban dentro y otros, imposible de adivinar quién había tras la máscara. Personajes de época, diablos y diablesas, gentes venidos desde todos los rincones del mundo, pasando por un gran zoo de animales e insectos carnavalescos, monstruos y magos sin varita,…todos disfrutamos de una noche de magia y alegría con música y bailes y mucho, mucho frio.
Para combatir el frio nada mejor que el baile y un buen chocolate caliente con bizcochos, el churro estaba algo frio, que La Peña El Piélago repartió a todo el que quiso tomarlo, que fueron muchos.
Bromas aparte, este año en El Real hemos tenido unos señores CARNAVALES así con mayúsculas. Se han recuperado antiguas tradiciones que hacía años que no se veían, gracias al General de la soldadesca y a su familia. Se ha recuperado el juego del gallo, el chocolate y la harina, las carreras de sacos, los tajos y los tiznaos.
El miércoles 17, miércoles de ceniza, se representó el triunfo de Doña Cuaresma, tan recatada ella, sobre Don Carnal y sus ganas de fiesta, con el entierro de la Sardina. Pero esta finada tiene muchas vidas y dentro de un año volverá a renacer de entre sus cenizas para devolvernos a todos las ganas de fiesta y disfraz.
Esperemos que la gente que ascienda al generalato lo hagan tan bien o mejor que el general de este año.
Fotos cedidas por Isabel Ramos
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