martes, 5 de octubre de 2010

Fiestas Patronales 2010: Historia de un Toro

El Texto que sigue a continuación es de Fátima Ramos. Fue publicado en la Tribuna de Talavera el pasado 8 de julio de 2010, bajo el título: "Historia de un toro en San Fermín".

Las fotos que acompañan al texto han sido cedidas por sus autoras, Teresa Díaz Rubio, Maite; Julia Jiménez e Isabel Ramos González, para esta página.


Archivo fotográfico (A.F.) de Teresa Díaz Rubio, Maite

Es muy temprano y ya estoy despierto, además he dormido muy mal esta noche con los nervios de la carrera y las pesadillas. Soñaba que me caía en la curva maldita y que al levantarme me arrimaba a los cabestros y ya no era capaz de dar pie con bola.

A.F. de Teresa Díaz Rubio, Maite


Espero que no sea así y pueda demostrar toda mi bravura.


A.F. de Isabel Ramos González


Con el comienzo del día, según va a amaneciendo me voy poniendo más nervioso, no entiendo muy bien qué pueden sentir de bueno los mozos cuando después de encomendarse al santo, desfilan calle Santo Domingo arriba buscando un lugar donde colocarse, para al verme llegar, salir corriendo en plan fuga de Alcatraz, mirando hacia atrás todo el rato por si vienen los polis.

A.F. de Isabel Ramos González

Mis compañeros y yo al oír el cohete, salimos pitando en busca de un lugar más seguro, a ver si va a estallar algo en los corrales, por eso vamos tan deprisa, para que cuando llegue la explosión, nos pille lo más lejos posible.
                                         

A.F. de Isabel Ramos González

La gente de Pamplona es tan maja que nos marca el camino con unas vallas para que no perdamos el tiempo buscando por dónde ir, pero hay mucha gente y nos mareamos un poco.

                                        
A.F. de Isabel Ramos González

Como casi nos tapan el camino tenemos que abrir paso por donde podemos, yo que suelo ser de los que se vienen arriba en situaciones adversas, suelo acercarme a preguntar por donde sería más fácil llegar al final pero los mozos corren despavoridos y no me da tiempo a alcanzarlos, alguno que anda despistado me queda cerca, pero cuando alzo la cabeza para preguntarlo, le engancho con el pitón y sin querer lo lanzo por los aires, yo lo hago sin querer, no calculo bien la distancia, creo que por eso los señores que me esperan por la tarde en la plaza me tienen tanta manía y no paran de marearme con una tela rosa.

A.F. de Isabel Ramos González

Durante la carrera hasta que llegamos al lugar seguro que nos marcan las vallas, mis compañeros y yo solemos despistarnos, aunque no sucede siempre, algunas veces solemos ir muy juntitos comentando y criticando a los mozos que van por delante de nosotros, que si este está gordo y no puede correr, que si este va demasiado deprisa, que si este otro corre un poco amanerado... y así se nos va haciendo el camino más ameno.



A.F. de Teresa Díaz Rubio, Maite

La verdad, que en tan poco tiempo, no nos fijamos en muchos detalles, y además si nos paramos un poco a descansar unos señores que vienen detrás de nosotros con unas varas empiezan a golpearnos con ellas para que no nos paremos, mi compañero dice que lo hacen por nuestro bien, para que lleguemos lo antes posible a la plaza esa tan cómoda en la que nos tratarán como verdaderos reyes, pero a mí su explicación no me convence.




A.F. de Teresa Díaz Rubio, Maite

El recorrido no es muy largo, y como nos lo van marcando con las vallas, la verdad es que no necesitamos un mapa para orientarnos, la única pega es que la gente que nos acompaña es mucha y va muy apelotonada, y así es imposible correr sin chocarte con nadie. Además hay un tramo que como vayas muy deprisa y te pases de frenada te estrellas en toda la curva y ya puedes hacer por protegerte, que todo el que venga detrás de ti, hará lo mismo, estrellarse. Pero todos se levantan muy deprisa y se alejan de mí, como si yo fuera un ogro y yo lo único que quiero es levantarme y poder seguir corriendo con ellos, pero parece que no los caigo nada bien.




A.F. Teresa Díaz Rubio, Maite

Sigo corriendo y entro en un callejón muy estrecho que da a la plaza, donde por fin estaremos seguros de caídas, varazos y cohetes.



A.F. Teresa Díaz Rubio, Maite

A mí me gusta mucho llegar el primero, porque en el sitio donde nos esperan hay mucha gente, y así puedo saludar a todo el mundo y soy el protagonista, pero solo por unos instantes, luego llegan mis cinco compañeros y se acabó, nos cogen a todos y nos meten en habitaciones individuales, donde tenemos gran amplitud para descansar hasta las seis de la tarde.

A.F. de Julia Jiménez

La verdad es que allí estamos muy seguros y tranquilos, y además nos cuidan para que no nos pase nada.
                                            
                                                                A.F. de Julia Jiménez



Cuando llegan las seis, nos despiertan con música y nos van sacando uno a uno, yo creo que nos devuelven a los corrales de Santo Domingo, donde estábamos por la mañana, pero no sé, porque mis compañeros han salido y no han vuelto, para mí que se han ido a la playa sin avisarme, como estamos en verano y hace tanto calor...





Gracias a estas amables colaboradoras, Fátima, Maite, Julia e Isabel,  por prestarnos vuestro trabajo, por socias como vosotras podemos actualizar la pagina de la asociación más a menudo.

A.F. de Julia Jiménez

Como siempre, pinchando sobre las fotos se ven con más detalle.

2 comentarios:

Antonio Guzzo dijo...

Hola
es un blog muy bien llevado
me alegro de conocer mas vuestras costumbres
Siento que la gente no sea mas expresiva por este medio, imagino seria una alegria que alguien hiciera algun comentario de ste blog tan interesante...
Saludos a todos y Felicito a la peña el Pielago y al pueblo todo


desde lejos
Antonio Guzzo

Asociación El Pielago dijo...

Gracias por tu comentario Antonio, Sí la verdad es que a la gente de El Real le cuesta participar. Pero seguiremos adelante y esperemos que suene la flauta y se animen.
Gracias