Carnaval, carnaval, carnaval te quiero
Por caprichos del calendario, este año Don Carnal llega cuando los almendros están en pleno estallido de color. A unos pasos de comenzar la primavera, la estación que se dice que la sangre altera, llega este señor dispuesto a disfrazase de cualquier cosa con tal de alborotar y que haya juerga y diversión por cada uno de los rincones de El Real.
La soldadesca llegando a la plaza
Con el cuadro que presidirá el ofertorio
Comienza el ofertorio
Luciendo mantones de manila
La soldadesca, con sus alabardas, capas y tambores, este año a cargo de Marcial Gómez que por unos días ascendió al generalato, nos anuncia la llegada del carnaval. Con bastante antelación dan la vuelta al pueblo sábados y domingos. Es una tradición que viene de muy antiguo, y cuando un curioso que sale a ver la vuelta pasar, se descubre ante ella, todos los miembros de la soldadesca, incluido el general, tiene que descubrirse en señal de respeto. Cumpliendo la tradición, algunos miembros de la soldadesca salen por las calles pidiendo, a los vecinos de El Real, para las Ánimas Benditas.
Los pulpos adivinos
Paraja de ancianos pidiendo aceite para el candil
Una maja de Goya con una mariquita
El Cesar, Cleopatra y compañia
Y este señor que sabe mucho de mutaciones y caretas para no ser reconocido, no podía faltar el sábado en el ofertorio. Y apareció representando desde unas niñas de guardería pero con mucha, mucha experiencia, hasta unas abuelas pidiendo aceite para encender el candil.
Caballero/as medievales
Una pareja de romanticos
¿?
Niñas de guaderia que se las saben todas
Apareció como salido de un cuadro de Goya, y hasta de pulpo adivinando la rica cocina castellana para caballeros medievales. Como niño intentó pasar inadvertido con todo tipo de indumentaria: indio, policía, enfermera, héroe de comic y un largo etc. Hubo premios para los mejores disfraces y para el más original en dos modalidades: infantil y adulto.
Las majas y goyescos recogieron su premio
Candelabros con velas. Tuvieron su premio
Los pulpos adivinaron su premio
Degustando ricos tostones y un trago de vino
Después del ofertorio no podía faltar la colación donde todo el que quiso comió tostones con un trago de vino o un refresco.
Bailando la bandera en la plaza
Las mujeres lo hacen igual o mejor que los hombres
Los más pequeños también se animan
Y lo hacen con mucha maestria
A última hora de la tarde cuando la soldadesca, dando su vuelta, llegó a la plaza, se bailó la bandera con el tradicional ritmo de los tambores. Por cierto, este año hemos tenido un tamborilero muy joven. Es genial que los niños empiecen cuanto antes a participar en las tradiciones y costumbres de los pueblos.
Los tamborileros. Uno muy joven
En unos dias pondremos fotos del pasacalles nocturno
Fotos cedidas por Isabel Ramos
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